Ambiente espectacular, habitaciones amplias y súper cómodas. Ideal para desconectar y disfrutar de la naturaleza. Juanjo, el dueño, una gran onda, siempre atento. Ojo con el horario del restaurante, cierra temprano. En general, una muy buena experiencia.

Las habitaciones son amplias y están bien decoradas.

Lamentablemente, la atención del personal fue bastante deficiente. No había nadie disponible en recepción la mayor parte del tiempo, lo que hacía difícil resolver cualquier duda. Además, el desayuno ofrecía poca variedad, y al final decidimos no tomarlo en el hotel debido a la insistencia del administrador en que mejor fuéramos a un bar del pueblo.

Mi punto de vista sin rodeos

Un lugar excepcional para disfrutar de la naturaleza. Las habitaciones son amplias y cómodas, proporcionando un descanso reparador. La amabilidad del propietario, siempre atento, realza la experiencia. Las excursiones por la zona son una aventura imperdible, especialmente en otoño. Sin embargo, la atención podría mejorar.

acceso complicado, habitación pequeña, limpieza impecable

Sería útil incluir un mapa o instrucciones más claras al llegar. Los balcones necesitan mesitas para disfrutar del aire fresco y, por favor, más opciones para cenar, ya que el pueblo es limitado!!!

una experiencia inolvidable con un anfitrión excepcional que cuida cada detalle en un entorno mágico

La Posada Hoyos de Iregua fue un paraíso. La habitación era amplia y con vistas espectaculares. Juanjo, el propietario, es de lo más amable y te hace sentir como en casa. Las cenas son exquisitas y el lugar tiene un ambiente acogedor. Además, es ideal para desconectar y disfrutar de la naturaleza. ¡Recomendado al 100%!

Este encantador lugar se encuentra en un hermoso pueblo montañés, ideal para desconectar y disfrutar de la naturaleza. La amabilidad del personal es excepcional. me ofrecieron consejos útiles en el ‘centro de interpretación’ que hicieron que mi estancia fuera más enriquecedora. La habitación era cómoda y limpia, lo que contribuyó a mi descanso reparador después de un día explorando la zona. Además, el desayuno, aunque simple, estaba delicioso y a buen precio.

La disponibilidad limitada del personal durante las cenas puede ser un inconveniente si deseas disfrutar de una comida tranquila sin salir del lugar.

Las habitaciones son muy cómodas y la señal de wifi es excelente, mucho mejor que en otros hoteles que he visitado.

El personal nunca estaba disponible en recepción y la comunicación se hacía únicamente por WhatsApp, lo cual resultó un poco incómodo.

La habitación era muy limpia y la cama supercómoda, lo cual hizo nuestra estancia agradable. El desayuno era especialmente delicioso, con panecillos dulces que resaltaron. Sin embargo, la comunicación con el personal fue algo complicada ya que no siempre había alguien disponible, lo que generó cierta incomodidad. Aunque el entorno es precioso, la falta de atención constante al cliente puede mejorar.

Todo increíble! Habitaciones amplias y luminosas, vistas espectaculares, atención del dueño excepcional.